El impacto de la arquitectura y el diseño en salud y curación es un enfoque central para la joven arquitecta Mena TheiBen-Helling, investigadora de la Universidad Técnica de Berlín. Ella argumenta que la importancia del “entorno curativo” sólo crecerá en los próximos años.
La arquitecta Mena TheiBen-Helling cita una estadística sorprendente para explicar su interés en un conjunto de temas agrupados con el título “Entorno Curativo”: Es cada vez más común que las personas pasen más del 90 por ciento de sus vidas en espacios cerrados. De hecho, en muchas sociedades desarrolladas en todo el mundo, ahora se habla de la “generación interior”.

Dado que muchos de los espacios en los que las personas pasan la mayor parte de sus vidas están mal diseñados y su impacto general no es curativo, TheiBen-Helling sostiene que hay mucho por hacer para crear conciencia y crear mejores entornos interiores en los que podamos pasar nuestro tiempo.
Esto se aplica a todo tipo de arquitectura y entornos de vida, pero es un tema particularmente importante con respecto al cuidado de la salud, donde el objetivo de los espacios que se construyen es promover la salud y superar la enfermedad.
Más que una preocupación institucional
TheiBen-Helling explica que en épocas pasadas la misión arquitectónica en el cuidado de la salud se percibía principalmente desde la perspectiva institucional del establecimiento de salud. El papel de la arquitectura era simplemente proporcionar un espacio donde los médicos pudieran hacer su trabajo, mientras que las necesidades del paciente no se incluyeron como un factor explícito en estas consideraciones.
Sin embargo, el movimiento de empoderamiento de la década de 1960 aportó una nueva perspectiva a estos temas y, en la década de 1980, hubo una mayor conciencia de las necesidades y requisitos de las personas en relación con la atención médica, de los pacientes sin duda, pero también del personal de atención médica. Estas necesidades y sus múltiples implicaciones han dado forma al surgimiento continuo del “entorno curativo” como un tema definitorio en la arquitectura de la atención médica hasta el día de hoy.
El hospital como un entorno inherentemente estresante
TheiBen-Helling no trata de disfrazar la naturaleza básica de lo que sucede dentro de un hospital: “Es un lugar donde se está produciendo una confrontación con la enfermedad y la muerte todo el tiempo lo que significa que cierto grado de estrés siempre estará presente.”
El estrés, sin embargo, es un enemigo básico de la curación y, por lo tanto, el objetivo debe ser reducir sus causas tanto como sea posible y proporcionar formas de compensar el estrés cuando inevitablemente ocurre.
TheiBen-Heiling identifica cuatro factores que impactan significativamente en los niveles de estrés de la experiencia hospitalaria tanto para los pacientes como para el personal.
Ruido: “Con la arquitectura hospitalaria, el primer objetivo debe ser evitar o minimizar las influencias negativas, lo que sobretodo significa evitar el ruido”, explica. Los mayores niveles de ruido generalmente se asocian con mayores niveles de estrés. “Las fuentes de ruido están determinadas por las circunstancias individuales, por supuesto, pero existen posibilidades generales para reducir los niveles de ruido, -a través de las superficies que se utilizan, a través de la ambientación de la habitación y la organización de la planta, y a través de las fachadas”.
El entorno ruidoso de la UCI requiere especial atención. Allí la omnipresencia de los dispositivos médicos y el ruido que producen pueden tener un impacto negativo en el sueño de los pacientes, lo que a su vez afecta las posibilidades de curación. “Los dispositivos técnicos deben estar alejados detrás del paciente e integrados de tal manera que queden ocultos todo lo posible”. Los niveles excesivos de ruido no solo tienen un impacto negativo en el sueño de los pacientes, sino también puede impedir la comunicación entre médicos y pacientes, un factor clave en el manejo exitoso del tratamiento. Ahí existe otro efecto negativo, a saber, en la comunicación entre el propio personal médico, lo que también conduce a interrupciones en el intercambio de información y mayores niveles de estrés.
Control: Al hablar de iluminación, TheiBen-Helling también identifica un tercer factor de diseño que tiene un impacto significativo en muchas áreas, y es elegir opciones de diseño que permitan a los pacientes y al personal regular las condiciones ambientales por sí mismos siempre que sea posible, ya sea la luz o el ruido o el clima de la habitación. “La arquitectura no debería necesariamente estar obsesionada con proporcionar un máximo o un mínimo de condiciones ambientales particulares (como la luz o el ruido)” explica, “pero también debe centrarse en dar a los pacientes y el personal la oportunidad de controlar estos factores por sí mismos”. Cuando los individuos son capaces de influir en las condiciones de su propio entorno en el hospital, el estrés tiende a reducirse. La reducción del estrés también proviene de espacios públicos bien diseñados como jardines, cafeterías, salones o espacios espirituales que permiten a las personas relajarse en ambientes que “no están definidos por un único elemento arquitectónico” pero donde puedan beneficiarse de una “atmósfera general de bienestar” donde no estén en conflicto con su entorno.
Ergonomía: Cuando los espacios de trabajo médico están bien diseñados esto también ayuda a reducir el estrés y facilitar la curación. De acuerdo a Theißen-Helling, los arreglos espaciales mejorados alrededor la cama del paciente y en la unidad de cuidados intensivos conducen a una reducción en las tasas de errores de tratamiento y administración incorrecta de medicamentos. Una mala ergonomía en áreas tan críticas “hace menos factible que los procesos médicos se realicen con el nivel deseado de eficacia y eficiencia.”
Iluminación: Nuevamente, con respecto al entorno de curación de la UCI, TheiBen-Helling informa que se ha descubierto que si se mejora la gestión de las posibilidades de iluminación de la UCI, ello tiene efectos positivos en el comportamiento del sueño de los pacientes de cuidados intensivos, tanto en la actividad como en la cantidad del sueño. En las habitaciones de los pacientes y en los espacios públicos, por otro lado, diseñar ambientes donde haya un buen acceso a las fuentes de luz natural tiende a mejorar la sensación de bienestar.
Un entorno más curativo: La visión desde la gestión
Analizar los factores específicos que afectan a los pacientes y al personal de atención médica es una forma de comprender el caso para integrar una perspectiva de entorno curativo en las decisiones de diseño del hospital. Pero Theißen-Helling también señala un conjunto de cuestiones más importantes que también están en juego.
El objetivo de abordar los problemas del entorno curativo es establecer mejores condiciones básicas para promover el objetivo esencial del cuidado de la salud, que, por supuesto, es curar. A medida que los factores de estrés en el hospital se mitigan a través de una mejor gestión del entorno físico, las enfermeras y los médicos pueden hacer mejor su trabajo y las capacidades de recuperación de los pacientes se optimizan en múltiples aspectos.
Estos efectos positivos luego tienen un impacto en una variedad de temas económicos y comerciales que se están volviendo cada vez más importantes desde una perspectiva de gestión, según TheiBen-Helling. Ella explica: “Cada vez hay una mayor comprensión de que las cosas cambiarán y, de hecho, deben cambiar, porque las mejoras en el entorno curativo permiten aumentos en la eficacia y la eficiencia. La cuestión de
los costos está siempre en un segundo plano, y esto se convierte en una máxima prioridad, por ejemplo, en relación con la seguridad en el hospital – evitar errores de medicación, evitar accidentes.” La reducción del estrés logrado a través de la implementación de un entorno más curativo en el hospital puede aumentar los niveles de seguridad y mejorar la calidad de la atención – efectos deseables en sí mismos, que también tienen un claro impacto en los costos.
Satisfacción de empleados y pacientes, y el entorno curativo
Otro problema de gestión favorecido por las mejoras en el entorno curativo es la capacidad de los hospitales para atraer y retener personal médico calificado. Como explica TheiBen-Helling, la fuerza impulsora de las mejoras en el entorno curativo de un hospital suele ser el personal que trabaja allí, ya que son ellos los que sufren estrés día tras día en entornos hospitalarios mal diseñados. Si no se hacen cambios, el personal médico se irá a otra parte.
TheiBen-Helling describe esta competencia por personal médico bien calificado en términos severos: “¿Cómo puedo retener al mejor personal después de haber sido contratado?
Hay una presión competitiva en esto y una forma de manejarlo es a través de la arquitectura, es a través del ambiente curativo. Porque en algún punto esta lucha competitiva para conseguir y mantener personal va a tener un impacto en la eficiencia y la eficacia, en el desempeño general del hospital”
TheiBen-Helling se apresura a señalar que una cosa lleva a la otra en esta área. El efecto del entorno hospitalario en el personal también afecta la forma en que los pacientes reaccionan al hospital, lo que a su vez se refleja en las evaluaciones que se registran y pasan a formar parte del registro público. “Este es un factor que en los próximos años será cada vez más importante, los portales de evaluación, la publicación de las evaluaciones. Son factores que impactan a los hospitales y los obligan a plantearse la pregunta ¿Cómo puedo promocionar mi hospital, como gerente, para que estos aspectos sean vistos positivamente?”
Sustentabilidad: Un entorno curativo para el presente y para el futuro
Una perspectiva aún más amplia con respecto a las decisiones de diseño del entorno curativo va más allá del momento actual de uso y se esfuerza por adaptarse también a los requisitos de las generaciones futuras. La idea es construir de acuerdo a estándares flexibles, que tal vez no satisfagan exactamente los deseos de los propietarios o usuarios actuales, pero que permitirán de manera más efectivamente nuevos escenarios de uso a medida que los tiempos cambien y las tecnologías evolucionen.
TheiBen-Helling explica: “A veces es difícil hacer que las partes específicas interesadas entiendan que un edificio existirá más allá de este tiempo actual y establecer una conciencia sobre el valor de la flexibilidad en el diseño para lograr una mejor sustentabilidad y longevidad de uso… Finalmente, estamos diseñando para un ciclo de vida del edificio de más de 50 años cuando sea posible”. En esta perspectiva más amplia, el entorno curativo también incluye una visión del contexto social y ecológico más amplio en el que se utilizará un edificio a lo largo del tiempo.
Entrevista realizada en YouTube
https://www.youtube.com/watch?v=ItN5K6YmbR8a
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