La sustentabilidad en la construcción, que comenzó como un paradigma sobre la estructura de los espacios construidos y su impacto en el ambiente, se amplió en la actualidad como concepto que debe estructurarse desde una mirada holística: no solo se trata de la construcción, si no de la relación de los seres humanos con los espacios que habitan.
Así, WELL surge como un nuevo abordaje que se enfoca en el ser humano para buscar, a través de la sustentabilidad, una mejor relación del individuo con su cotidiano. Comprendiendo que pasamos el 90% de nuestro tiempo en espacios interiores, es necesario valorar la salud dentro de los edificios como un valor diferencial y un estándar de calidad.
Es por ello que este enfoque holístico marca el camino a seguir en la transición a mejores y más saludables espacios, es necesario combinar la selección de materiales, instalación de sistemas y diseño para trascender la funcionalidad.
Un edificio debe ser accesible, estar preparado para fomentar la inclusión, el bienestar, la salud física y mental, el ejercicio y una buena alimentación, entre otras prácticas que consolidan a la sustentabilidad como un concepto trasversal: como política de identidad para construir y también habitar los espacios.
La relación entre la sustentabilidad y la arquitectura es ya un vínculo de larga data, y en ese camino que han transitado influyendo en la industria de la construcción, se destaca la evolución constante con un objetivo concreto: incorporar innovaciones tecnológicas y materiales para implementar estrategias que generen espacios cada vez más saludables y eficientes.
En primera medida, se apuntaba a reducir especialmente el impacto ambiental de los edificios a través del uso de mejores materiales, provenientes de fuentes o elementos limpios, como también a partir del uso consciente de los recursos y la eficiencia del empleo de los mismos, como también una correcta gestión de los residuos.
Con objetivos tales como la eficiencia energética, el desarrollo de la construcción sustentable se centraba en diseñar de manera más consciente, aplicando estrategias basadas en el aprovechamiento de la luz natural, por ejemplo. Más allá de que este cambio fue necesario para tener noción sobre la urgencia de cambiar la forma de construir, también requiere de seguir adelante.
Esencia de WELL
Así es que, en estos últimos años, este paradigma se ha ampliado, tomando una visión holística que requiere un abordaje más complejo. Esto se trata de incorporar conceptos de bienestar y confort, colocando en el centro del diseño al humano, a las personas que habitan esos espacios que se construyen.
En ese sentido, WELL surge como una respuesta a esta necesidad: un programa que reinterpreta y amplia la sustentabilidad en la construcción con una mirada integral. Ya no solo para la estructura, sino también para el uso y la vida cotidiana dentro de los edificios.
El contexto sociohistórico permitió, a través de la experiencia que la humanidad vivió con el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio como respuesta de emergencia ante el virus Covid-19, relevar un dato contundente para la vida del ser humano: transcurre prácticamente el 90% de su tiempo en espacios interiores.
Esa experiencia fue la que permitió tomar noción de este dato, y darle una relevancia fundamental en comprender de manera más profunda en lo que significa. Entonces, no solo cobra valor la calidad del edificio que se transita, sino la manera en la que se lo hace y cómo se adapta el mismo para dar el mayor confort posible.
Los parámetros de salud física, mental y emocional se convirtieron en ejes clave para repensar la relación de las personas con los espacios que ocupan. Por ello, comienza a denotarse que ya no alcanza con construir de manera consciente, pensando en materiales de fuentes limpias, en medidas que apunten a reducir consumos y emisiones, si no que el paradigma debe ampliarse a consolidar espacios inclusivos, confortables y saludables, preparados para generar la mejor experiencia posible para sus ocupantes.
Así, los estándares de WELL, certificado desarrollado por el International WELL Building Institute (IWBI), establecen sus pilares en diez conceptos clave: aire, agua, nutrición, luz, movimiento, confort térmico, sonido, materiales, mente y comunidad, orientando el diseño y la operación de un edificio en evidencia científica.
Estas aristas son fundamentales, con una influencia directa en la calidad de la experiencia de las personas con los espacios que transitan. Pasar por un edificio no es solo transcurrir el tiempo, sino apropiarse del espacio para fomentar, a partir del confort, el desarrollo del potencial físico, mental y emocional.
¿Cuántas enfermedades respiratorias pudieron estar presentes en ambientes interiores antes que el COVID? La mencionada experiencia permitió visibilizar la importancia de la calidad del aire interior, analizada científicamente para comprobar las partículas allí presentes y su impacto en el ser humano.
¿Qué es el ritmo circadiano y como impacta en él la iluminación? Estos enfoques son claves en función de aumentar la productividad laboral, por ejemplo, brindándole una mayor profundidad a la importancia de estos factores en el diseño constructivo.
Aplicación y cumplimiento del programa
Recuperando estos conceptos y entendiendo el valor de un enfoque holístico, WELL articula las características de una estructura sustentable y construida de manera consciente, integrando desde una amplia mirada el confort de las personas.
Dentro de este marco, cuenta con la flexibilidad y adaptación no solo desde el programa principal, también a través de sellos preparados para proyectos residenciales y de otros tipos, a partir de Ratings, ofreciendo un proceso accesible al cumplir requisitos básicos para fomentar la transformación de espacios conscientes y preparados para explotar el potencial de sus ocupantes.
Con una integración adaptable al proceso de diseño o a post construcción, permite un amplio rango de planificación para establecer políticas transformativas en todo tipo de espacios y en cualquier momento.
Desde la perspectiva planteada, entendiendo el contexto actual tras el cambio que significó el Covid en la manera en que habitamos los espacios construidos, la salud y el confort ofrecido para las personas se torna en un factor clave en distintos órdenes dentro del mercado y la valorización del proyecto.
Un espacio ameno, motivador y sano es esencial para buscar el retorno de las personas a pasar tiempo en espacios interiores, especialmente en ámbitos laborales, por ejemplo. Además, un proyecto sustentable, que ya veía revalorizado su metro cuadrado en el mercado con otros sellos, se posiciona de manera óptima en función de nuevos parámetros como los criterios ESG.
Es así que ya existen múltiples proyectos que se adaptan a los principios e incorporan WELL en sus estándares de calidad para ofrecer una mejor experiencia a sus ocupantes, motivando su desarrollo y fomentando la apropiación del espacio que ocupan.
Tanto oficinas, como viviendas y otros tipos de edificios educativos o corporativos incorporan esta visión, respondiendo a las necesidades de una sociedad más exigente y consciente de su salud y su bienestar.
Una clave para los paradigmas del presente y futuro
Es por ello que WELL se erige como una respuesta a los nuevos paradigmas en los que habitamos los espacios que transitamos día a día, incorporando nuevos criterios que amplían la visión de la sustentabilidad en la arquitectura.
Los edificios ya no son lugares de paso, si no espacios en los que empleamos nuestra energía y salud, buscando el pleno desarrollo de nuestra vida cotidiana en lo emocional, laboral, físico y mental.
En un mundo que requiere de cada vez mayor atención para garantizar un futuro sostenible y saludable, aceptar este desafío es entender las claves que requieren las exigencias de la industria para innovar y ofrecer mejores espacios para las personas.
La sustentabilidad ya no puede ser entendida como un concepto aislado, sino que debe entenderse como un método de vida, implementado políticas transversales que avancen hacia diseños pensados por y para las personas.

Datos y referencias
International WELL Building Institute (IWBI). (2020).
The WELL Building Standard v2.
Documento técnico oficial con fundamentos científicos y normativos del estándar WELL. Disponible en:
Micaela Smulevich, CEO y co-fundadora de Green Group Sustainability, cuenta con más de 15 años de experiencia en la construcción sustentable, habiendo certificado más de 5 millones de metros cuadrados en Latinoamérica, Estados Unidos y Arabia Saudita bajo los programas LEED, EDGE y WELL, trabajando con entes internacionales como U.S. Green Building Council, ASHRAE, GBCI, International Well Building Institute, entre otros. Concluyó la licenciatura en arquitectura en la Universidad de Miami y trabajo para clientes en los Estados Unidos, Arabia Saudita y Latinoamérica como consultora de diseño y arquitectura sustentable.



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