La arquitectura hospitalaria está fuertemente enfocada en crear espacios optimizados y adecuados para que la práctica médica se desarrolle de la mejor manera posible. En el pasado, la concepción del diseño hospitalario se enfocaba más en aspectos funcionales, que respondieran a las necesidades y cumplieran las normativas vigentes. Hoy sabemos que eso no es suficiente. Es primordial entender el diseño desde una mirada integral, que involucre a todas las disciplinas intervinientes. Desde la ingeniería, la arquitectura y el interiorismo, como tres pilares fundamentales para aportar soluciones generales y específicas de cada área. Considerando al ser humano como centro del proyecto y usuario final del espacio. Este aspecto, que puede parecer muy obvio, marca la diferencia entre diseñar un espacio para el tratamiento de la enfermedad en lugar de pensar el diseño para curar y mejorar la calidad de vida. Y en este último concepto se incluye al paciente, familiares, personal médico, de servicios y administrativo.
En ese sentido la Neuroiluminación abre un nuevo campo de investigación y aplicación proyectual en el ámbito de la salud. La influencia vital de la luz en la respuesta humana desde lo visual, física, sicológica sensorial, perceptual y cognitiva.
La pandemia y el desafío futuro
Transcurridos veinticinco años del siglo XXI, la situación mundial ha cambiado drásticamente. La pandemia creó un nuevo escenario que abarca a todas las disciplinas y actividades de las personas a nivel global. La toma de conciencia que experimentó la sociedad, de manera abrupta e intempestiva, nos hizo reflexionar en la importancia del espacio interior construido y, principalmente, en la respuesta del ser humano a esos estímulos.
El ámbito de la salud fue el gran protagonista en esos meses. El personal médico estuvo sometido a largas jornadas de trabajo en un contexto de incertidumbre y estrés. Y no siempre en las mejores condiciones edilicias y de infraestructura general. Pero la situación puede cambiar.
El Síndrome del Edificio Enfermo (SEE)
Una de las problemáticas más frecuentes en la arquitectura de salud es la que se conoce como “Síndrome del Edifico Enfermo (SEE). Esta describe al conjunto de síntomas que afectan a las personas que permanecen mucho tiempo dentro de un edificio, especialmente en espacios mal ventilados, con iluminación inadecuada o materiales que emiten sustancias tóxicas. Fue reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1982 y se relaciona con espacios interiores que generan malestar físico y mental sin una causa médica clara.
Los principales síntomas son:
- Dificultad para concentrarse
- Problemas respiratorios
- Piel seca o irritada
- Dolor de cabeza y fatiga
- Irritación en ojos, nariz y garganta
- Mareos o náuseas
Las causas principales se relacionan con:
Mala calidad del aire: Ventilación insuficiente, acumulación de CO₂, alérgenos, moho o compuestos orgánicos volátiles (COV).
Iluminación deficiente: Exceso de luz artificial, parpadeo de luminarias o falta de luz natural.
Ruido ambiental: Sonidos constantes de baja frecuencia, reverberaciones o ruidos molestos que generan fatiga cognitiva.
Diseño interior inadecuado: Disposición espacial que genera estrés, falta de áreas de descanso o colores inadecuados.
Uso de materiales tóxicos: Pinturas, adhesivos, alfombras, muebles y productos de limpieza que emiten sustancias nocivas.
Impacto en hospitales y espacios de salud:
El impacto del SEE puede afectar tanto a pacientes como al personal sanitario. Un entorno inadecuado disminuye los tiempos de recuperación de los pacientes y generar mayor estrés.
-Soluciones desde la arquitectura y el interiorismo
- Ventilación y filtración del aire para evitar contaminantes.
- Colores adecuados para generar calma y reducir la ansiedad.
- Espacios ergonómicos que favorezcan la movilidad y el confort.
- Diseño biofílico con presencia de naturaleza y materiales naturales.
Se suma a la problemática del edificio enfermo la desconexión con el aire libre principalmente en centros urbanos.
Síndrome de Déficit de naturaleza
La vida moderna en las ciudades ha llevado a las personas a confinarse en casa y el trabajo. Permanecemos el 80% del tiempo en espacios interiores. El ser humano, como especie, no ha evolucionado desde lo físico, psicológico, social y cognitivamente para esta realidad de los últimos dos siglos.
En relación a esta problemática, el periodista Richard Louv creó el concepto de “Síndrome de Déficit de Naturaleza” (2005). Describe los efectos negativos que provoca la desconexión con la naturaleza.
Si bien no está definida como una patología con diagnóstico médico oficial, es un indicativo de la incidencia que tiene el contacto con la naturaleza en la salud de las personas.
Los principales efectos son:
- Estrés y ansiedad: La falta de contacto con espacios verdes aumenta los niveles de cortisol y disminuye la capacidad de recuperación del estrés.
- Déficit de atención y problemas cognitivos: Los estudios sugieren que la exposición a la naturaleza mejora la concentración y la creatividad.
- Problemas de salud física: Sedentarismo, obesidad e incluso afecciones cardiovasculares pueden estar relacionadas con una vida alejada de entornos naturales.
- Impacto en la percepción espacial: La neuroarquitectura indica que la exposición a entornos naturales mejora la orientación y la memoria espacial.

Según Mary Carol Hunter (Universidad de Michigan) para reducir de manera eficiente los niveles de la hormona del estrés cortisol, se debe permanecer de 20 a 30 minutos por día sentado o caminando en un lugar conectado a la naturaleza.
Para poder mitigar en parte estos efectos negativos se pueden considerar además algunas estrategias de diseño interior.
La biofilia mejora sustancialmente el bienestar y permanencia de los pacientes internados. El uso de patios, jardines y vistas a la naturaleza acelera los tiempos de recuperación y el estado de ánimo general.
La utilización de materiales naturales, aromas y sonidos relajantes contribuyen a la reducción de la ansiedad de pacientes, acompañantes y personal médico.
Un buen ejemplo es el edificio de “Khoo Teck Puat Hospital” de Singapur.

El hospital, diseñado de tal forma, favorece las vistas a amplios jardines, techos verdes y un estanque. El diseño enfatiza la luz natural ayudando a la reducción del estrés y mejora la satisfacción general de los usuarios.

En el contexto de esta revolución es cada vez mas frecuente escuchar conceptos como “hospital verde” o “arquitectura modular” que mejoren, por ejemplo, los flujos de circulación interna de los usuarios y la permanencia confortable en los distintos ámbitos edilicios.
En estudios realizados entre 1972 y 1984, Roger S. Ulrich determinó que los pacientes internados en habitaciones con vistas a la naturaleza permanecían menos tiempo, tomaron menos analgésicos y se obtuvieron comentarios mas positivos de esa experiencia. Creaba el concepto del Healing Buildings / Edificios curativos,hoy extendido a ámbitos educativos, residenciales y corporativos.

En esa línea el psicólogo Carl Rogers (1902-1987 EEUU) desarrolló en la década del 50 el concepto de “Terapia centrada en la persona”. Sentó las bases de una psicología humanista en la relación del terapeuta con su paciente. En ese sentido, en los años 90 se retoman muchos de esos conceptos al adoptar el modelo de “Hogar Médico Centrado en el Paciente” (PCMH). A la atención integral, personalizada, coordinada y responsable del personal médico se suma la influencia directa del espacio construido. Crear ambientes interiores, además de funcionales, agradables y confortables que promuevan el bienestar emocional y cognitivo de las personas.

La neuroiluminación. Un aporte clave para el bienestar.
Como un área incipiente, la neuroiluminación propone la investigación, desarrollo y aplicación de la luz en todo ámbito con un fuerte enfoque humano. Abordando la neuroarquitectura y las neurociencias en general como base fenomenológica en relación a la experiencia subjetiva del espacio construido. Comprender que los estímulos sensoriales visuales, olfativos y táctiles impactan directamente en la respuesta humana. La pregnancia de esa experiencia tendrá incidencia en el recuerdo del lugar y vivencia.
El ambiente sanitario no es un sitio que se elige asistir voluntariamente. Los pacientes acuden para consultas, tratamientos o internación. El personal médico como su espacio de trabajo. Y es por esto que se procura hacer de esas experiencias lo menos traumáticas y estresantes.
La iluminación natural combinada con la artificial, desempeña un papel clave en las personas en entornos de salud. Regula el ritmo circadiano, el estado de ánimo y la cognición. La Neuroiluminación aborda el diseño lumínico no solo desde la función visual, sino además como modulador emocional y neurofisiológico.


En ese sentido, una de las problemáticas mas frecuentes en la recuperación de los pacientes internados por largos períodos es la perdida del sentido del paso del tiempo. Habitaciones con poca o nula iluminación natural incide de manera negativa en la regulación del ritmo circadiano. Afecta principalmente los ciclos de sueño provocando una desincronización general física y mental. En consecuencia, los plazos de permanencia se extienden provocando nuevos problemas médicos, familiares y económicos.
Atender esta situación requiere el trabajo interdisciplinario desde la arquitectura y, fundamentalmente desde el diseño interior e iluminación.

En el prestigioso Salone del Mobile de Milán 2025, bajo el lema “Thought for Humans” (Pensado para Humanos), ha presentado numerosas innovaciones en diseño que pueden transformar positivamente los espacios de salud y demuestran que no solo deben ser funcionales, sino también acogedores, sostenibles y centrados verdaderamente en el bienestar humano. La implementación estratégica de estas tendencias en mobiliario e iluminación puede mejorar significativamente la experiencia de los usuarios.
El mobiliario con formas curvas y aristas suavizadas. Sumado a las superficies con acabados suaves al tacto hacen de los interiores espacios sanitarios una experiencia más gratificante alejadas de las que en general asociamos en esos lugares.
Los muebles de asiento modulares permiten distintas configuraciones en salas de espera. Considerando la materialidad para la facilidad de la limpieza. Y privilegiando la durabilidad con una estética agradable.
En las habitaciones un mobiliario multifuncional. La iluminación artificial con blancos dinámicos simulando la natural para bienestar de pacientes y acompañantes. Y en todos los casos con materiales que cumplan los protocolos de desinfección y limpieza sin deteriorarse.

Entender desde el diseño la singularidad del ser humano, atendiendo las necesidades específicas en el ámbito de salud. Ninguna persona desea estar en un hospital. Aplicando soluciones interdisciplinarias se puede hacer de esa situación una experiencia de sanación y mejora de calidad de vida.
Fuentes y Referencias
Louv, R. (2005) Saving Our Children From Nature-Deficit Disorder
Rogers,C. (1944) Client-centered-Therapy
Salone del Mobile.Milano. (2025). Milán, Italia.
Visa Lighting. (2024).Recuperado de https://www.visalighting.com/markets/healthcare-lighting
Green Furniture Concept. (2022). Hospital Management.
Medical Construction and Design. (2024). Recuperado de https://mcdmag.com/2024/05/healthcare-lighting-that-reshapes-the-patient-experience/
Healthcare Facilities Today. (2023). Brightness to Wellness: The Transformative Power of Lighting Design.
Fernando Mazzetti es diseñador de interiores y diseñador de iluminación. Fundador y director de “Diseño&más”, instituto de enseñanza de interiorismo. Titular de cátedra en la Facultad de Diseño y Comunicación, Universidad de Palermo, Buenos Aires. Cofundador de “Neuroiluminación”. Docente y coordinador académico de IFOE, instituto de formación de oficios del espectáculo, “Carrera anual de Diseño e iluminación arquitectónica”. Docente invitado Universidad de La Plata y Universidad de Cuyo, Mendoza. Dictó conferencias y cursos, capacitaciones y talleres en Latinoamérica.



GIPHY App Key not set. Please check settings