En PINEARQ somos conscientes de que el entorno determina la identidad, y de que ese entorno repercute en la salud. La arquitectura no tiene capacidad de curar, pero sí de influir enormemente en el proceso de recuperación y reposo tanto del paciente como del cuidador del enfermo, por ello, el carácter emocional de estos ambientes sanitarios se debe tener en cuenta en el proceso de diseño de estos espacios.
El arquitecto no solo tiene el objetivo de cumplir el programa funcional y la integración urbana del edificio, sino que debe responder a las necesidades de una parte vulnerable de la sociedad, haciendo que el proceso de tratamiento, descanso y recuperación sea lo menos traumático posible.
Para este objetivo no existe un modelo genérico que seguir, sino que se debe estudiar el problema y concretar las premisas según las necesidades del usuario que habitará o se tratará en el edificio.
En este artículo trataremos dos tipos de edificios que requieren de especial cuidado ambiental: un hospital pediátrico de tratamiento de cáncer infantil y dos residencias de personas mayores, instalaciones que solventan un importante problema actual planteado por el aumento de la esperanza de vida de la población y los avances médicos actuales.
El Hospital infantil: SJD Pediatric Cancer Center Barcelona
El Pediatric Cancer Center del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, diseñado por PINEARQ, se ha convertido en un referente de investigación y tratamiento del cáncer infantil.

Ubicado a los pies de la Sierra de Collserola, en el borde noroeste de la ciudad de Barcelona (España), el nuevo centro se proyectó bajo el concepto de edificio cognitivo, es decir, un edificio consciente de cómo afecta a su entorno inmediato y de cómo debe transmitir seguridad y confort para que el paciente pueda asimilar mejor los tratamientos, un diseño a escala humana que se centra en el usuario: el paciente y aquellas personas que le rodean, familia, amigos y personal médico.
En el caso de un hospital infantil, los niños y niñas rompen con su cotidianidad de manera más impactante que un adulto cuando entran en un hospital, por lo que necesitan un entorno que facilite el desarrollo de sus actividades diarias como jugar, estudiar o descansar, en ambientes que inspiren domesticidad. Por ello, desde PINEARQ desarrollamos la teoría de las “4 P” que deben cumplirse en esta tipología de edificio, basado en los resultados de la cocreación del proyecto, en el que participaron personal médico, pacientes, familias y arquitectos.
La primera “P”, se basa en el juego (Play) como elemento fundamental en la vida de cualquier niño o niña. Los espacios de este centro se han configurado para permitir y fomentar el juego y la creatividad, ya sea individual o en grupo, diversificándolo por edades, desde los más pequeños hasta los adolescentes, así como salas de juego aptas para pacientes inmunodeprimidos con filtros de aire controlado, quienes deben disfrutar también de la posibilidad de salir de la habitación y relacionarse en un espacio seguro. Dichos ambientes deben transmitir la domesticidad que en los ingresos médicos se ve truncada.


La segunda “P” tiene en cuenta que un adulto siempre acompañará al paciente pediátrico (Parents). Estos usuarios deben tener sus propios espacios dentro de la habitación y fuera de ella, para relacionarse con otras familias o para descansar. Por ello, se diseñó la sala family lounge, un espacio donde las familias pueden interactuar entre ellas y que funcionan como válvulas de escape. Deben existir también zonas privadas y tranquilas que faciliten la comunicación de las familias con el personal sanitario.

En tercer lugar (Protection and sustainability), la ambientación, los materiales cálidos, las vistas a la ciudad y a la montaña, la luz natural, y los espacios de relación, son elementos que humanizan los espacios, protegen, acogen y disipan la experiencia traumática que puede llegar a ser la estancia en un hospital.
Finalmente, también los profesionales (Professionals) deben tener sus propios espacios de relación y encuentro para un mejor intercambio de ideas y que, a la vez, funcione como un espacio de distensión.

El diseño también tiene el poder de modificar nuestras sensaciones y conductas, por lo que la iluminación, el color y la creación de atmosfera consolidan una parte importante del proyecto. El tema de diseño se basó en la naturaleza, un proyecto artístico en el cual a través de la investigación y el juego, los interiores del centro descubren como muchos organismos de nuestro entorno natural han desarrollado características increíbles para sobrevivir, una narrativa que se vincula de manera alegórica con los conceptos de resiliencia y superación de los niños enfermos de cáncer.

Precisamente por ser un edificio cognitivo que proporciona a los niños y a las familias un espacio más amable donde ser tratados, el modelo de atención del PCCB se consolida como guía para el diseño de los espacios de atención para el usuario infantil.

Residencias para gente mayor: tranquilidad, comodidad y asistencia sanitaria
En contraste con el hospital infantil, las residencias para gente mayor son aquellos espacios donde las personas acuden a residir con ayuda asistencial en su última etapa. El objetivo de la arquitectura sanitaria es eliminar el estigma social que comportan estas infraestructuras, las cuales se conciben como un lugar de aislamiento, soledad y descuidado, y convertirlas en centros llenos de actividad, luz y espacios de descanso y reposo.
Para el diseño arquitectónico de residencias, desde PINEARQ seguimos los principios arquitectónicos del KDA (Kuratorium Deutsche Antershilfe), el modelo alemán para residencias de quinta generación basado en tres fundamentos: la vida pública, la vida en comunidad y la vida privada.
El modelo inicial de residencias se consideraba como una especie de asilo que ofrecía una atención escasa, posteriormente se empezó a concebir como un centro hospitalario y finalmente, como conjunto de viviendas colectivo con servicios asistenciales. Las residencias de quinta generación construyen la idea de comunidad a la vez que refuerzan la dimensión autónoma e individual del paciente.
Si las interacciones sociales se ven reducidas con el paso de la edad, las residencias se convierten en el lugar ideal para fomentar estas relaciones sin retirar completamente la autonomía y la privacidad que todo ser humano necesita. Por otro lado, siempre se busca reforzar la vinculación de estos edificios con el barrio donde se localizan, derrumbando la valla metafórica que los separa. De esta manera, las personas mayores pueden disfrutar de actividades sin necesidad de desplazarse lejos, a la vez que la ciudad puede aprovechar un nuevo edificio que actúa como centro cívico y lugar de encuentro y ocio: salas comunes, cines, servicios asistenciales, peluquería, lavandería, etc.
Nueva Residencia para ancianos de Villanova di Pordenone en Italia
La nueva residencia de ancianos de Villanova di Pordenone, próxima al municipio de Pordenone, en la Región Friuli Venezia Giulia al noreste de Italia, es un ejemplo claro de modelo de quinta generación. El proyecto se plantea como una gran casa de campo, rodeada de vegetación, donde los colores de la naturaleza entran al edificio y se integran como parte de la misma. Desde un punto de vista de diseño, se ha buscado evitar los aspectos negativos que se suelen asociar a la hospitalización mediante colores, materiales y control acústico y de olores, potenciando la domesticidad.
El edificio se compone de una planta que integra las funciones comunitarias y dos plantas con los núcleos de residencia. Mediante un plan de participación ciudadana, se pudo concretar qué servicios faltaban en el barrio y se podrían introducir en este nuevo edificio. Una gran plaza actúa de punto de conexión entre el barrio, los huéspedes y los distintos servicios compartidos con la ciudadanía: iglesia, clínica, bar-restaurante, peluquería y una sala multifunciones.


Además de esta plaza pública, que incluye juegos infantiles, la residencia cuenta con varios jardines terapéuticos que actúan de distintas maneras. Se colocan huertos que pueden ser cultivados por ciudadanos, residentes o los niños de la guardería cercana, creando relaciones intergeneracionales, jardines donde se fomenta el entretenimiento mediante distintas actividades como el cine al aire libre o la terapia con mascotas, y un jardín privado para aquellos huéspedes que requieran más tranquilidad.
Situado entre el exterior y los servicios exclusivamente para huéspedes, el centro de día funciona como espacio de transición y como servicio abierto a la comunidad local.
Garantizar una mayor interacción entre la residencia, el barrio y la escuela infantil cercana mediante distintas actividades y zonas de ocio ha fomentado las relaciones sociales entre generaciones y un mayor bienestar en los huéspedes de avanzada edad. Además, se prevé una zona de atención a domicilio para personas mayores, aportando la experiencia del personal y facilitando espacios y habitaciones de difícil prestación en el hogar, como el baño asistido.



Nueva Residencia para ancianos Villaggio Santa Elisabetta de Bressanone en Italia
En esta misma línea, la residencia de Bressanone, en la Región de Trentino-Alto Adigio al norte de Italia, situada cerca de la frontera con Austria, se plantea también como un centro de asistencia sanitaria que actúa de elemento de regeneración urbana que fomenta las relaciones entre la comunidad local, los huéspedes y el territorio.
El corazón del proyecto es, también, una gran plaza pública que alberga un centro de día, catalizador de actividades abiertas a los ciudadanos, con servicios de comedor, auditorio, gimnasio, peluquería, iglesia, cafetería y lavandería, convirtiendo la residencia en un centro cívico de barrio. El espacio del comedor está concebido como un área multifuncional donde los huéspedes pueden compartir comidas con sus familiares durante el horario habitual, así como participar en cursos y eventos durante la mañana y la tarde. Esta versatilidad convierte a este ambiente en un punto de encuentro que favorece tanto la convivencia como el desarrollo de actividades comunitarias.

En conexión con las altas montañas de las Dolomitas, el edificio más alto alberga los pisos para ancianos autosuficientes y ofrece protección visual y acústica a los edificios traseros, donde habitan personas con un mayor grado de dependencia. Dichos pisos cuentan con una cocina, un comedor y un salón separados para facilitar la movilidad de los huéspedes durante el día y fomentar la independencia de los usuarios.
Bajo las directrices KDA se plantea una perfecta composición arquitectónica: de la intimidad de las viviendas se pasa gradualmente a los espacios comunes internos, para abrirse finalmente a la dimensión pública de la plaza donde se encuentran aquellos servicios compartidos. Cada unidad residencial alberga solamente a 12 personas, lo que crea micro comunidades que recuerdan a las grandes casas familiares.
Se ha prestado especial atención a la orientación para fomentar los espacios comunes, ya que las zonas del dormitorio se han orientado hacia el norte mientras que las zonas comunes lo han hecho hacia el sur. De esta manera, se anima a los huéspedes a disfrutar de estas zonas comunes beneficiándose de la exposición solar.

Bressanone cafeteria





La residencia de ancianos ya no se perfila como una estructura aislada, sino como parte integrante del tejido social y urbano. Estas dos residencias demuestran como un programa funcional puede convertirse en una manera de repensar los márgenes urbanos y reforzar el sentido de comunidad, generando lazos intergeneracionales y creando un espacio de bienestar donde los huéspedes pueden descansar los últimos años de su vida manteniendo su independencia, a la vez que satisfacen sus necesidades sociales y son asistidos correctamente.
Al diseñar diferentes tipologías de edificio es fundamental que se aborde la arquitectura desde una perspectiva empática, garantizando así no solamente su funcionalidad y eficiencia, sino también su capacidad de humanizar los espacios, propiciando bienestar físico y emocional a todos los usuarios.
Albert de Pineda es arquitecto por la ETSAB (1980) y Máster en diseño de centros hospitalarios por la UOC, miembro del Advisory Board del DABC del Politecnico di Milano, director de cursos diseño hospitalario en la UB y conferencista en congresos internacionales. En 1997 funda Pinearq, firma especializada en arquitectura para la salud, y ha desarrollado proyectos en Europa, Latinoamérica, Asia y África.


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